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miércoles, 23 de mayo de 2018

La depresión infantil amenaza

Por ElizabethF.

Mucho se ha investigado y publicado sobre el fenómeno de la depresión en adultos, pero pocos se detienen a meditar sobre el hecho de que este también es asunto que puede afectar a los menores de casa.Un informe de la Secretaría de Salud de México llama la atención sobre el hecho de que los padres de familia, los maestros y los profesionales de la salud no reconocen en ocasiones los signos de la depresión infantil desde la primera vez en que se manifiesta.

Esto sucede porque, en el caso de los niños y jóvenes, tienden a no expresar con claridad esos sentimientos, pues no son conscientes de lo que les sucede a su alrededor.

De acuerdo con lo que plantea el informe, un niño o un adolescente deprimidos tienen similares manifestaciones que los adultos: se sienten tristes, pueden perder el apetito, ya no se interesan por cosas que antes disfrutaban hacer y suelen también irritarse con facilidad. Las causas que pueden desembocar en este tipo de crisis son igualmente similares: predisposición genética, reacción por alguna pérdida, estrés, traumas, entre otros múltiples factores.

A ellas se añaden cuestiones propias de esta etapa de la vida, como dificultades de aprendizaje, maltrato e intimidación por parte de los compañeros de escuela o de la comunidad, rechazo social, situaciones de abuso o problemas de salud no diagnosticados u otros sin identificar.

La Secretaría de Salud mexicana insiste en que se debe prestar atención al posible bajo rendimiento escolar, el rechazo escolar o la inasistencia, las mentiras, molestias físicas como dolores de cabeza y de estómago, así como al distanciamiento de los amigos, pues también pueden estar indicando la presencia de un estado depresivo o el consumo de drogas.

Otras señales a tener en cuenta son la falta de energía o de concentración, el cansancio, la irritabilidad, la baja autoestima o dormir en exceso.

Prevenir o atender los estados depresivos es clave para enfrentar el suicidio en estas etapas de la vida, el cual está considerado como la tercera causa de muerte entre jóvenes de 10 a 24 años de edad. Percatarse a tiempo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, por lo que hay que estar alertas, señala el informe.

De lo que se trata es de no subestimar este trastorno, y creer que nuestros pequeños están a salvo, porque forman parte de un mundo donde la depresión abunda y los mecanismos para salir de ese bache, escasean.