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viernes, 11 de mayo de 2018

Las claves del éxito

Por EvelynR

Sin dudas, cuando se habla o pensamos en el éxito en cualquier ámbito, nos imaginamos que es resultado directo de nuestro talento, inteligencia, habilidades y trabajo. Pero cuando somos conscientes de que mucha gente que ha triunfado posee talentos mediocres, entonces debemos cuestionarnos si el éxito está directamente correlacionado con nuestra habilidad.

Para comprobar cómo funciona el éxito, los físicos Alessandro Pluchino y Andrea Rapisarda y el economista Alessio Biondo, emplearon una simulación por computadora del éxito, definido por la riqueza financiera, para revelar que la gente más exitosa del mundo no es necesariamente la más talentosa, sino la que tiene más suerte.

Los especialistas diseñaron un mundo imaginario, poblado con mil individuos con varios niveles de talentos en posiciones aleatorias, expuestos a la buena y mala fortuna en eventos aleatorios. Cada sujeto comenzó con 10 unidades de capital. Luego de una simulación de 40 años, que representaba la carrera de una persona, la distribución de la riqueza se veía muy similar a la del mundo real, con un pequeño porcentaje dueños de gran parte del capital.

De acuerdo con Pluchino, aunque esperaban que los más exitosos también fueran los más talentosos, descubrieron que ese no era el caso, pues como explicó, a menudo las personas más exitosas son moderadamente talentosas pero muy afortunadas.

Lo que sí determinaron fue una estrecha correlación entre la suerte y el éxito, pues hallaron que una serie de eventos afortunados era responsable de los éxitos aún si el talento individual era menor que el de la gente súper talentosa.

En el mundo real también sucede esto, con muchos ejemplos de personas que de alguna forma alcanzan un alto nivel de riqueza y éxito, y que no consideramos particularmente inteligentes. Aunque sí se necesita un cierto nivel de talento para explotar las oportunidades afortunadas, según aclaran los investigadores. Aunque a lo que llaman "talento", puede ser desde capacidad para trabajar duro hasta inteligencia. Y lo cierto es que el experimento demostró que el talento por sí solo no es suficiente, pues en la prueba las personas con el nivel más alto de talento sólo formaron una pequeña porción de los exitosos.

Por definición, hay circunstancias afortunadas, como el lugar donde naces, la familia en la que naces, a quién conoces, que están casi siempre fuera de tu control y se deben a la casualidad aleatoria. Y esta es solo una parte de los eventos que se presentan en el camino.

Además, otro estudio de 2016 señala que tendemos a prestar atención especial en los factores que sentimos que nos impiden el éxito y a olvidar los que nos ayudan. El análisis calificó la tendencia de pasar por alto la suerte en la asimetría del viento a favor/viento en contra: esto quiere decir que recordamos cuando superamos barreras (trabajar con el viento en contra), pero por lo general olvidamos las ventajas de haber alcanzado un objetivo (con el viento a favor).