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viernes, 29 de junio de 2018

Brilla demasiado para ser buena

Por dianelysllorca

El mundo contemporáneo cada día que pasa está más rodeado de dispositivos electrónicos. La electrónica llegó para quedarse y ejemplo que visualiza cuanto de electrónico tenemos en nuestra vida cotidiana, son las pantallas que encontramos en todos lados. Las pantallas aparecen desde nuestro móvil, hasta nuestro reloj, nuestra TV o simplemente algún comercial en la calle.

Nunca antes en la historia el ser humano había pasado tanto tiempo mirando tanto tiempo fijamente una pantalla y exponiéndose a su intensa luz. Por ello la Comisión Europea expresó su preocupación por el impacto negativo a la salud de la irradiación de estos dispositivo electrónicos y a su vez ha solicitados los investigadores de la Unión que aporten resultados sobre la cuestión. De esta forma un comité científico evaluará las conclusiones y estudiará si tiene efectos nocivos sobre las personas o no. Lo cierto es que no existen muchos estudios al respecto algunos especialistas recomiendan usar filtros y protectores. No obstante a ciencia cierta no existe una confirmación acertada de que estos afectan gravemente nuestra salud.

Esta investigación convocada por la Unión no es más que una estrategia de alarma, porque los pocos estudios que existen demuestran que en algún punto afecta el estado de una vida saludable. Estudios anteriores han expuesto la afectación de la visión por el uso activo de los ordenadores y como este brillo a largo plazo pude disminuir la agudeza de nuestra visión. Al mismo tiempo el año pasado salió al aire un estudio experimental donde se demostró que el brillo de las pantallas de móviles y ordenadores disminuye el sueño de las personas. Esto principalmente dirigido a los viciosos del juego que pasan noches, días sin dormir delante de un ordenador, obviando un proceso tan importante como es el sueño.

Lo que resulta cierto es que la preocupación debe hacerse latente y la alerta se hace válida por parte de la Comisión Europea. Esta alarma debe hacerse extensiva y las investigaciones deben invertir tiempo y recursos par mostrar y poder divulgar todo el daño que el uso excesivo o inadecuado de las nuevas tecnologías provoca la vida del hombre y a su salud.