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martes, 19 de junio de 2018

La vida en pareja según la filosofía

Por deltoro

Aunque autores como Bachofen, J.F. Maclennan, Morgan y el propio Federico Engels, realizan las primeras aproximaciones al tema de las relaciones de pareja, como parte de los presupuestos teóricos que elaboraron, no será hasta E. Durkheim que se realizarán los primeros aportes acerca de las formas de elección de los miembros de la pareja. Durkheim defendió las diferencias funcionales como respuesta a las físicas. Actualmente en los pueblos cultos la mujer lleva una existencia totalmente distinta de la del hombre. (…) uno de los dos sexos acaparó las funciones afectivas y el otro las intelectuales. Aunque Durkheim no es un teórico familiar, sí le otorga a la familia y al matrimonio, una fuerte importancia como elemento de control y socialización.

Apunta como elemento central de la reflexión familiar, el paradigma de la diferencia cuya implementación supone la distribución psíquica de lo instrumental y lo afectivo a partir de, un enfoque que sin lugar a dudas, entierra a la mujer en la relación de pareja, al ámbito de lo doméstico.

Este autor, partidario de una visión institucionalista cuya interpretación pone en primer plano a la sociedad antes que al individuo, trata de entender al matrimonio en conexión con las grandes estructuras sociales, insertándose por tanto en un análisis preponderantemente macro social. ―Aunque el matrimonio sea un contrato, los esposos no pueden ni formalizarlo ni rescindirlo a su antojo (…) Es verdad que las obligaciones propiamente contractuales pueden anudarse y deshacerse solo con el acuerdo de las voluntades. Pero es preciso, no olvidar que, si el contrato tiene el poder de ligar a las partes, es la sociedad quien le comunica ese poder. Esta tesis durkheimiana acerca de las relaciones de pareja ―descansa en la necesidad de la diferenciación estructural- funcional y en la reglamentación jurídica y moral.

Hay una preocupación que enlaza la evolución del derecho en las regulaciones paterno filiales que distribuyen el poder y que de alguna manera marca la diferenciación al interior de la división sexual del trabajo, que es planteada como desigual: ―…que el contrato de sociedad ponga a todos los asociados a un mismo nivel, que sus aportaciones sean idénticas, que sus funciones sean las mismas, y ese es un caso que jamás se presenta exactamente en las relaciones matrimoniales, a consecuencia de la división del trabajo conyugal. La legitimación de las desigualdades en lo que Durkheim define como ―derivación de un contrato y de la afinidad electiva que liga a dos miembros de una misma generación que no es más que el grupo conyugal, es vista como un elemento natural del ámbito sexual de lo privado y lo doméstico.

Aunque no hay en el autor, un interés teórico en debatir sobre las pautas culturales que rigen la formación de pareja, si se observa, que realiza alguna que otra reflexión que se inclina hacia una visión endógama, que va más allá y que hace referencia a criterios darwinistas sobre selección de los más aptos: ―Es un hecho que la selección matrimonial sólo deja llegar al matrimonio lo mejor de la población, pero es dudoso, que la gente sin fortuna y sin posición se case menos que la otra.

En la obra de Pitirim Sorokin (1889-1968), Sociedad, cultura y personalidad hay un análisis que, cuestiona las formas de selección de las parejas, a partir de las pautas culturales y que aunque no utilice conceptos como la exogamia o endogamia, centrales para nuestra investigación pues en su interior combinan las dos variables que utilizaremos, raza y género, indiscutiblemente cuestas ideas están presentes cuando expresan que ―para obtener un grupo social solidario debemos procurar la construcción de este grupo con miembros semejantes los unos a los otros en sus características raciales o socioculturales o ¿se logrará mejor la unidad y solidaridad buscada mediante la diversidad racial y sociocultural de los miembros?

Si se tiene en cuenta que se está ante un autor que vive en una época, (primera mitad del siglo XX) donde la respuesta más certera desde el sentido común era la homogamia, como también denomina a la selección de la pareja dentro del mismo grupo social, se debe decir que este autor tiene una explicación a esta prevalencia de esta respuesta, que es bastante audaz e inteligente:

―Dos personas que no se encuentran ni entran en contacto evidentemente no pueden enamorarse, comprometerse o casarse. Esta reflexión tiene una fuerte influencia de la visión interaccionista pues pone en el centro del análisis esta condición para que se logre la elección. En una sociedad como la norteamericana, en la que se hacen evidentes las diferencias estructurales dentro de lo social, diferencias que delimitan los espacios, o territorios sociales en los que ―debe desenvolverse cada individuo…, se puede expresar que esta teoría combina semejanzas y desemejanzas, a partir de un enfoque histórico y sociocultural.