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martes, 19 de junio de 2018

Una época que marca toda una vida

Por Janet

Las niñas y los niños tienen derecho a que sus padres y las personas adultas les lean libros apropiados a su edad, así como, por ejemplo, a los mas pequeños no les deben faltar rimas, canciones, poemas, cuentos y todo cuanto les vaya interesando. Esas lecturas deben hacerse con voz agradable y afectiva, y los padres, principalmente, deben conversar con ustedes, escucharlos, dejarlos hablar sobre lo que leen y hasta pueden representar juntos las aventuras, personajes y situaciones referidas en los libros. ¡Ah!, y deben saber que ambos, madre y padre, deben participar en esas lecturas, en esas conversaciones, pues ustedes los necesitan por igual a los dos, lo cual no quiere decir que tengan que estar siempre juntos para hacerlo, se pueden alternar y en ocasiones coincidir.

Deben hacer saber que su tiempo de lectura es mágico, por eso ustedes pueden leer en los lugares y momentos que mas les plazca y si les parece interesante empezar la lectura por el final, aunque la lógica diga que deben hacerlo por el principio. Claro, si nada mas leen el final, se perderán gran parte de la historia. Pero ustedes deciden, pues en definitiva la lectura es libertad y pleno disfrute.

También es bueno tener en cuenta que los niños y niñas tienen derecho a preguntar, preguntar muchas veces qué significa tal o mas cual palabra, o qué es tal cosa, para qué sirve, o cuando no entiendan algo no deben quedarse callados por pena ni por temor a que alguien se ría en un momento determinado, pues quien pregunta, va delante, busca conocimientos, aclaraciones. El que ríe, pierde el tiempo.

Sepan que los libros no deben estar escondidos ni guardados, ni bajo llave. Hay padres que compran juguetes y libros para guardar, para que los niños y niñas no los rompan. Eso no es bueno. Claro, esta bien que sean cuidadosos, pero los libros son para leer, para disfrutar y han de estar al alcance de sus lectores, de los niños y las niñas cada vez que los necesiten o lo deseen. Por eso, ustedes tienen derecho a pedirlos, a utilizarlos y que no los regañen por haber deteriorado involuntariamente un libro.

Dentro de muchos derechos y deberes los niños y niñas, tienen principalmente derecho a que los adultos conozcan sus preferencias y afinaciones con vista a adquirir los contenidos de los libros que les satisfagan y nobles impongan los que ellos elijan. Deben tener en cuenta que es importante escuchar la opinión de los demás, de los adultos, valorarlas, pues ellos pueden tener la razón, ya que a veces un libro les puede resultar atractivo porque lo ven bonito, pero no siempre las apariencias son verdaderas, ya que en ocasiones, tras una caratula o portada poco atractiva, se esconde un contenido maravilloso.

Eso lo irán aprendiendo poco a poco, cuando lean y hojeen los libros, escuchen a los especialistas, a los amigos y amigas con los cuales el intercambio es decisivo. Claro, tengan en cuenta que las lecturas en la escuela, las que han de realizar por indicación del maestro durante el aprendizaje de las distintas asignaturas es algo diferente. Allí, lo que dice la maestra hay que hacerlo, esta es otro tipo de lectura, la que se hace para aprender determinados contenidos, que debía gustarles como las demás, pero no siempre es así. Por ello, aunque a veces parezca aburrido determinado texto, hay que leerlo, interpretarlo y aprovechar cuanto se pueda.

Tienen derecho a indagar en los libros todo lo que se les ocurra acerca de cualquier hecho u objeto del mundo y la vida; a que les guíen cuando lo necesiten. En fin, ustedes tienen todos los derechos a leer, asistir a las fiestas que se organicen en honor a los libros, a escogerlos, disfrutarlos, a que los lleven a lugares donde hayan ocurrido los acontecimientos que se narran o presentan en las obras, a realizar visitas a las ferias de libros, a presentaciones de autores y a locales de librerías, a leer poesía, cuentos, sobre las estrellas, la luna, el amor, las plantas y los animales, las casas y costumbres, historias, de las manifestaciones populares, de las banderas, de las canciones, de los héroes... de todo cuanto les interese. Tienen derecho a que su opinión, su apreciación, su concepto e imagen acerca de los libros y de la lectura, sean únicos, a soñar mano a mano con todos los hombres de la tierra, vivos o muertos; y a partir de las experiencias construirse sus ideas sobre un mundo mejor.