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lunes, 2 de julio de 2018

La biotecnología que repara las grietas

Por cuchita

Un equipo de científicos de la Universidad Rutgers en Nueva Jersey, Estados Unidos, mezclan hormigón con diferentes tipos de ‘’ingredientes’’ para construir un componente que autorrepare las gritas de los edificios. Como si de una receta de cocina se tratase, se cree que este ‘’ingrediente’’ sería un hongo denominado Trichoderma reesei.

Este hongo es capaz de germinar bajo distintas condiciones y al hacerlo produce una red de filamentos, llamada micelio fibroso, la cual desencadena la formación de carbonato de calcio, el cual presenta propiedades estructurales similares a las del hormigón. Este es el principal componente de conchas y esqueletos de muchos organismos, así como de rocas e incluso de las cáscaras de huevo. Es un componente fundamental en la producción de vidrio y cemento, por lo que su funcionalidad en la construcción no es un tema tan novedoso en la actualidad. Lo que si resulta sumamente interesante es idear un proceso químico que active esta sustancia para reparar grietas en las estructuras físicas.

La manera en la que funcionaría este proceso sería la siguiente: las esporas del hongo se añaden al cemento y permanecen latentes hasta que el hormigón empiece a tener fisuras; el agua que correrá por estas grietas hará que las esporas germinen y activen la formación de carbonato de calcio para rellenar el hueco creado.

Otras de las ventajas que ofrece el hongo es que no presenta consecuencias negativas para los seres humanos, no causa ningún daño a nuestro organismo, por lo que puede ser manipulado con facilidad y sin peligros. Conjuntamente la formación de carbonato de calcio acoje carbono de la atmósfera, eliminando dióxido de carbono y contribuyendo así a combatir el gas de efecto invernadero.

Por el momento los investigadores solo han realizado experimentos in vitro, es decir en tubos de ensayo, de la compatibilidad entre el cemento y el hongo, faltaría entonces por verificar que nivel de adaptabilidad tienen y si los resultados son tan efectivos como para llevarlo a la práctica. Por ejemplo planean añadir burbujas de aire a fin de crear vacíos y facilitar el resguardo y la expansión de los agentes fúngicos

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