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jueves, 7 de junio de 2018

Cuba, más allá del mundo industrial

Por dllorca

La realidad mundial muestra un mundo agotado de recursos y gran nivel de industrialización, Cuba cuenta con una realidad particular que en este punto se vuelve ventajosa. Pues en cuanto a recursos naturales y la explotación de los mismos, es rico en recursos energéticos renovables, y pobre en los no renovables. El sol, el viento, la biomasa (fundamentalmente la procedente de la caña de azúcar) y la hidroenergía son las fuentes a las cuales se les puede apostar con mayor certeza para la diversificación de la matriz energética.

Aun cuando la energía producida por FRE (Fuentes Renovables de Energía) todavía no es muy significativa, las intenciones del país de desarrollar estas alternativas son claras. El territorio cubano recibe muy altos niveles de radiación solar durante todos los días del año. Se estima que, como promedio anual, cada metro cuadrado recibe una cantidad de energía solar igual a 5,74kWh/día, equivalentes a más de medio litro de petróleo diario. Ello crea las mejores condiciones para la instalación de sistemas para la conversión de la energía solar fotovoltaica y térmica.

El desarrollo científico y tecnológico en Cuba ha priorizado la creación de centros para la información, desarrollo y formación de especialistas en el campo de la energía así como la formación y superación de especialistas con el objetivo de integrar y fortalecer la actividad. Ejemplo de ellos es la electrificación fotovoltaica de escuelas en las montañas y lugares alejados, incorporando la computación a estas escuelas con paneles fotovoltaicos.

El desarrollo de las fuentes renovables de energía siempre ha tenido un fuerte apoyo de diversas instituciones del país, convirtiéndose en tarea de primer orden para el desarrollo económico. La dimensión ambiental es un eje transversal en el sistema educativo cubano. En tal sentido, las escuelas cubanas trabajan a favor de la adquisición de conocimientos, el desarrollo de capacidades y la formación de valores éticos que favorezcan un comportamiento social y profesional coherente con el desarrollo.

Además, se brinda una especial atención a los grupos vulnerables, propiciando su participación en procesos que favorezcan la justicia y el sentido de la responsabilidad ciudadana, el derecho a la inclusión de todas las personas y el respeto de la diversidad e igualdad de oportunidades. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados en septiembre de 2015 en el seno de Naciones Unidas y Cuba lo visualiza de igual forma.