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miércoles, 6 de junio de 2018

Lo bueno de ser pesimistas

Por EvelynR

Aunque ciertamente muchos estudios sugieren que el tener una actitud optimista genera una cantidad de recompensas positivas, investigaciones recientes también señalan que el ser pesimista no siempre es algo tan malo y que algunas de sus formas pueden tener beneficios. Y es que en lo relativo al pesimismo, la ciencia de la personalidad señala que no solo es el pensamiento negativo sino que encierra además un enfoque en los resultados: lo que esperas que suceda en el futuro. Es decir, si bien los optimistas esperan resultados positivos con mayor frecuencia, los pesimistas esperan que estos resultados negativos sean más probables.

En la sociedad actual estamos acostumbrados a escuchar sobre las ventajas del pensamiento positivo y de las críticas que se hacen a una actitud pesimista. Desde un punto de vista psicológico-moral, el pesimismo es una disposición anímica o un estado de ánimo en virtud de los cuales el sujeto percibe bajo la razón de mal, todos los fenómenos que le rodean.

Y aunque ciertamente muchos estudios sugieren que ser optimista genera una cantidad de recompensas positivas, lo cierto es que investigaciones recientes también señalan que ser pesimista no siempre es algo tan malo y que algunas formas de pesimismo pueden tener beneficios. Y es que en lo relativo al pesimismo, la ciencia de la personalidad ha revelado que no solo es el pensamiento negativo sino que también encierra un enfoque en los resultados: es lo que esperas que suceda en el futuro. Es decir, si bien los optimistas esperan resultados positivos más frecuentemente, los pesimistas esperan que estos resultados negativos sean en este caso más probables.

Particularmente, en el caso del llamado "pesimista defensivo", lleva este pensamiento negativo a un nivel completamente nuevo que usa como un medio para alcanzar sus objetivos. En ese sentido, el nuevo estudio ha demostrado que esta forma de pensar no solo puede ayudarlos a triunfar, sino que también puede traer recompensas inesperadas.

Los especialistas sugieren que el pesimismo defensivo es una estrategia de las personas ansiosas para controlar su ansiedad y no desviarse en la dirección opuesta a la meta.

Señalan que el factor crucial es establecer bajas expectativas para el resultado de un plan o situación y luego visualizar los detalles de lo que podría salir mal. Esto le da al pesimista defensivo un plan de acción para asegurarse de que no ocurra ningún percance.

Por su parte, un estudio publicado en la revista Personality and Individual Differences demostró que todo está relacionado con el estado de ánimo negativo. Cuando solicitaron a los sujetos participantes del experimento que estuvieran de buen humor, los pesimistas defensivos se desempeñaron mal en una serie de acertijos de palabras. Mientras que cuando se pusieron de mal humor, al tener instrucción y predisposición para imaginar cómo un escenario podría tener resultados negativos, sus resultados fueron mejores. El resultado sugiere entonces que aprovechan su estado de ánimo negativo para motivarse para lograr un mejor desenlace.

El pesimismo también puede ser más beneficioso en situaciones en las que se esperan noticias sobre un resultado y no se puede influir en esa solución. Y es que si el resultado no es tan bueno como los optimistas esperaban, obtienen un mayor impacto y experimentan una mayor desilusión y un estado de ánimo negativo, en comparación con los pesimistas.

Incluso un estudio sugiere que este tipo de pesimismo incluso puede ayudar a aumentar la confianza. La investigación siguió a los estudiantes a lo largo de sus años universitarios, concluyendo que los pesimistas defensivos experimentaron niveles significativamente mayores de autoestima en comparación con otros estudiantes. De hecho, su autoestima se incrementó a casi a los niveles de los optimistas durante los 4 años del estudio.

Además, la estrategia de los pesimistas defensivos también puede tener algunos beneficios en lo relativo a la salud. Pues, por ejemplo, aunque lo normal es que se preocupen más por caer enfermos en un brote de un virus, es más probable también que tomen medidas preventivas. Asimismo, cuando enferman crónicamente, su visión negativa del futuro llega a ser más realista y sirve para fomentar el tipo de comportamientos que los médicos recomiendan para controlar la enfermedad.

En general, los pesimistas defensivos usan sus expectativas negativas para motivarse a aplicar medidas activas para sentirse preparados y tener más control sobre la situación. De ahí que ser pesimista no es necesariamente malo, siempre que sepas sacarle provecho.