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martes, 15 de mayo de 2018

Un divorcio, 50 años y una boda

Por olimurs.92

Harold Holland y Lillian Barnes volvieron a darse el "sí, quiero" el 14 de abril en la ciudad de Lexington. Hasta este punto se trata de la historia de una pareja que ha decidido dar el paso hacia el sagrado matrimonio, sin embargo es mucho más, es el cierre de una historia que termina con: “Y vivieron felices por siempre”. Pues sí, Harold tiene 83 años y Lillian 78, y ha sido la segunda vez que se casan, luego de 50 años separados.

Caminaron juntos al altar en el año 1955, pero su matrimonio solo duró cinco años. Lamentablemente los hijos que tuvieron en común fueron criados por la señora, luego de que Holland se apartara de la familia. Tal como él mismo afirma, el fracaso del matrimonio fue completamente su culpa.

Una vez separados decidieron quedar en buenos términos, sin ningún tipo de rencor. El señor les dejó la casa para que sus hijos crecieran sin problemas. Luego de un tiempo ambos rehicieron sus vidas con otras personas y sus parejas fallecieron en el año 2015. Pareciera obra del destino pues Holland y Barnes se volvieron a encontrar en una reunión familiar, siguieron en contacto y unos meses después comenzaron a hablar sobre la posibilidad de casarse nuevamente para pasar la vejez juntos. Y fue su nieto quien ofició la ceremonia religiosa en una iglesia bautista, en Lexington. 

Harold afirmó en una entrevista ofrecida a un medio local que en esta ocasión se siente preparado para enfrentar el matrimonio, pues ya aprendió las cosas que tiene que hacer para que funcione. Afirmó que la clave está en permitirse hacer todo lo que desean en el momento que desean, y afirmó que complacerá a Lillian en todo lo que quiera y la llevará a donde ella desee ir. Agregó que decidieron andar juntos este último tramo pues nunca perdieron el amor que hace casi seis décadas los unió. Por su parte Lillian afirmó que ella y su futuro esposo tienen mucho en común.

Sin dudas una historia de amor que puede ablandar el corazón más fuerte. Un prueba más de que nadie sabe lo que nos depara el destino, pero siempre que exista amor todo es posible. Incluso el amor después del amor.