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miércoles, 30 de mayo de 2018

La ablación no es un mal menor

Por javierpratts

La Embajadora Regional de Buena Voluntad de ONU – Mujeres para África, Jaka Dukureh, se ha hecho titular en los medios de prensa por derecho propio, esta joven de 29 años, de nacionalidad gambiana, combate intensamente la ablación o mutilación genital femenina. Ella es una de las miles de mujeres que la han sufrido.

Jaka no había cumplido tan siquiera el primer mes de vida fuera del útero de su madre, y a pesar que resulta difícil de recordarlo, su cuerpo se encargaría de evocar el incidente en el primer hecho de su obra sexual, donde a los 15 años de edad fue iniciada con un casamiento concertado y obligatorio para la amargura de ella. En la víspera del Día Internacional de la Mujer, Dukureh en persona, contó que la historia comenzó cuando tenía una semana de nacida y fue sometida a la mutilación genital femenina (MGF), no recuerda nada del proceso, y no supo nada hasta los 15 cuando la forzaron a casarse.

En un post, divulgado por ONU-Mujeres, describe su llegada a la ciudad de Nueva York el día de Navidad, con 15 años, para casarse con un hombre que no conocía, "creo que casarse a una edad temprana es lo más difícil que le pueda pasar a una niña, se le otorga a un hombre el derecho de violarla día tras día". Esta joven mujer, no solo por ella, sino por las miles que hayan voz en sus ideas ha comenzado una disputa gigante contra la ablación. Carga en sus hombros la etiqueta de activista por los derechos humanos e impulsora de la campaña contra la mutilación genital femenina.

Con tan solo diez años de edad empezó a revelarse contra el matrimonio infantil, momento en el que logro presentarse en una estación televisiva local y expreso porque las niñas en su comunidad no debían ser casadas forzosamente. Con bases muy solidas, ha conseguido con su activismo la prohibición de la mutilación genital femenina en su país de origen. Aunque falta mucho por hacer, su principal objetivo es erradicar de forma drástica la cifra elevada de niñas y mujeres que aún continúan sufriendo la MGF.