Los significados de ser feliz
Desde que somos pequeños escuchamos, con frecuencia, la bien nombrada palabra “felicidad”. Para muchos es difícil comprender lo que implica, de hecho, todos tenemos nuestra propia percepción de ella; la mayoría de las personas suelen inmiscuirla con la satisfacción, lo cual no es de extrañar. De ahí que sea sujeta a confusiones no tan infrecuentes.
Se hace por ello necesario conocer los puntos que distinguen a la una de la otra, y de esta forma, trazarnos objetivos más claros que nos conlleven una vida más placentera.
Pero… ¿qué es la felicidad según los expertos?
Las investigaciones realizadas señalan que el concepto de satisfacción no implica necesitar más de lo que poseemos, o tal vez, expresar cierto grado de conformidad con las nuevas circunstancias, situaciones, o resultados. La satisfacción va más allá de eso, es un sentimiento inquebrantable y duradero.
Por lo tanto, la felicidad puede ser un sentimiento fugaz producido por momentos tan simples como cuando recibimos una buena noticia, una sorpresa inesperada, o tras el logro de una meta que considerábamos inalcanzable.
Sin lugar a dudas,estos dos estados se encuentran imbricados,por lo que experimentan una simbiosis mutua. Esto quiere decir que podemos disfrutar de muchos momentos felices en situaciones concretas y, al mismo tiempo, albergar un nivel de insatisfacción global o parcial.
No obstante, a pesar de que no podamos estar felices de forma permanente, sí podemos crear e incrementar la sensación plena de felicidad.
De acuerdo con los científicos, las personas que tienen más desarrollado el hemisferio derecho que el izquierdo, tienen mayores posibilidades de reaccionar negativamente ante los estímulos negativos, por tanto,experimentan con mayor frecuencia sensaciones de tristeza y pesimismo que las personas de hemisferio izquierdo dominante, quienes por lo regular se muestran más positivos, confiados y viven la vida de la mano de la calma.
¿Es, por tanto, la felicidad, un sentimiento innato?
La respuesta parece ser asertiva. Uno de los hallazgos más atractivos y esperanzadores que se han obtenido sobre este tema, es la capacidad que poseen las personas de mostrarse felices cuando hacen chistes, son amables o realizan algunas acciones desinteresadas por el prójimo.
Los resultados revelan que, cuando somos desinteresados, nuestra corteza cerebral recibe señales de recompensa, lo cual figura como una auténtica maquinaria, diseñada para preocuparnos los unos por los otros.
Como bien sabemos, el sentimiento de felicidad se comporta, ante todo, como una sensación de extrema subjetividad, lo cual quiere decir que, el hecho que nos encontremos alegres y satisfechos depende exclusivamente de la individualidad de cada quien y la actitud con que asumamos las diferentes situaciones de la vida.