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jueves, 21 de junio de 2018

El desarrollo no deja atrás la salud

Por deltoro

Las relaciones entre salud y desarrollo han sido abordadas con relativa frecuencia en los últimos años, tanto por los organismos internacionales, entre ellos los Países No Alineados, el Grupo de los 77 y otros, como por Organismos y Agencias Especializadas de Naciones Unidas como la OPS, OMS, UNICEF, UNFPA y PNUD, convencidos de la necesidad de avanzar hacía el desarrollo económico de forma tal que se revierta en mejores condiciones de vida y salud para toda la población.

Simultáneamente, se define que para avanzar hacía el desarrollo es necesario contar con una población saludable, educada y productiva. Se ha llegado a afirmar que sin salud no hay desarrollo y sin desarrollo no hay salud. En tal sentido ha trabajado el Estado y pueblo de Cuba; no obstante, no son pocos los obstáculos que a lo largo de más de 30 años ha tenido que enfrentar este pequeño país.

Hemos iniciado la década de los 90 en condiciones difíciles, y bajo estas extraordinarias circunstancias, al país no le quedo otra alternativa que asumir a partir del último trimestre del año 1991 un programa de emergencia, denominado período especial. Sin embargo, estas medidas en nada tienen que ver con las conocidas políticas de ajuste propugnadas por ciertos organismos internacionales, pues se han adoptado partiendo del principio de asegurar una adecuada protección todos los ciudadanos sin excepción.

Las afectaciones del consumo se han enfrentado repartiendo equitativamente el impacto de la escasez y favoreciendo, cuanto se hace necesario a los sectores de más bajos ingresos, así como a los niños y ancianos. No se ha dado, en el caso de Cuba, la situación lamentable de otras naciones, desde una minoría opulenta sea inmune a las crisis mientras grandes grupos de población se sumergen cada vez más en niveles de pobreza extrema.

Luchamos firmemente para enfrentar estos tiempos difíciles porque hemos creado en los últimos 32 años los factores propiciantes del desarrollo que permiten asumir los desafíos del presente. Entre ellos cabe destacar el alto nivel científico, técnico y profesional de nuestros recursos laborales, las capacidades de producción industrial creadas en el país, la infraestructura económica de que se dispone y el nivel de satisfacción alcanzado en un importante grupo de necesidades sociales básicas entre ellas, los servicios de salud y educación.

En el presente informe se expone de forma resumida el estado de salud de la población cubana en un sentido amplio, al incluir características geofísicas del país, demográficas, políticas, industriales, agropecuarias, laborales y educacionales, entre otras, elementos todos determinantes, o al menos condicionantes, del estado de salud de la población.

Con mayor grado de precisión se tratan los indicadores específicos de la esfera de la salud como la mortalidad, morbilidad y recursos disponibles, así como el Sistema Nacional de Salud propiamente dicho. En la lectura se notará cierto énfasis en el trabajo científico e investigativo desarrollado durante años, los logros obtenidos y su introducción en la práctica, así como en la formación de personal multidisciplinario de elevada calificación, lo cual obedece a que sentimos que son los dos pilares fundamentales sobre los que descansan los progresos que alcancemos en el futuro. Sobre las bases objetivas de los éxitos y las deficiencias, al final se presentan, de modo sucinto, nuestros propósitos y lineamientos para el futuro inmediato, centrados fundamentalmente en la promoción de salud y la prevención en su más amplio sentido.

El archipiélago cubano esta formado por la Isla de Cuba con 104,945 Km2 , La Isla de la Juventud con 2 200 Km2 y 3 715 Km2 de cayos adyacentes para una extensión total de 110 860 Km2. La ubicación del archipiélago es entre los 19 y 24 grados de latitud norte y los 74 y 85 grados de longitud oeste de Greenwich. Alrededor del 75% de la superficie del país es llana y ondulada y el resto está cubierta por tres cadenas montañosas en las partes occidentales, central y oriental.

La longitud de la Isla de Cuba es de 1 250 Km. en el sentido este-oeste y 191 Km. en su parte más ancha en el sentido norte-sur en la parte oriental, la parte más estrecha (al occidente), es de 36 Km. La temperatura media anual se encuentra entre los 24 y 25v grados celsius (centígrados); pero se divide en dos períodos; el verano y el invierno, únicas estaciones con características bien diferenciadas en la latitud del país y que se corresponden en cierto grado con el período de lluvias (el verano) y con menos lluvias, el invierno. Así tenemos una media de temperatura altas que fluctúan de 29 a 35 grados en verano y una media de las temperaturas bajas que lo hace entre 19 y 21 grados en invierno.

El promedio anual de lluvias es de cerca de 1 500 mm en el occidente y algo menor en la parte oriental, con media de entre 1300 y 1400 mm para todo el territorio. Aunque en todos los meses puede llover, la estación de lluvias se considera de mayo a octubre. La humedad relativa de la atmósfera es alta como sucede en las islas tropicales con poca elevación sobre el nivel del mar. La media nacional es de 79 a 80 % de lo que sería la saturación total del aire por vapor. La dirección predominante de los vientos es de los rumbos entre el norte y el este de la rosa de los vientos (E. ENE y NE). La velocidad media anual fluctúa entre 6 y 20 Km. por hora, con mayor frecuencia de velocidades bajas.

Dentro de las características principales del territorio y clima de Cuba es necesario mencionar dos fenómenos atmosféricos de diferente importancia pero característicos de la región que son los huracanes y los frentes fríos. Para afrontar los peligros que implican estos, u otros desastres naturales para la población y la economía nacional existe la organización de la Defensa Civil con experiencia en las actividades de prevención y recuperación de los daños que puedan ocasionar.