Globalización, mercado, medios de comunicación y enajenación
La globalización es el proceso por el que la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unifica mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan carácter global. Dicha comunicación se logra a través de diversos medios (teléfonos, correo, televisión, etc.) entre los que destaca internet, que actualmente goza de gran preferencia y autoridad entre las masas. Por la gran influencia en la opinión y los hábitos de la gente, son el objetivo de gobiernos y empresas. Han ayudado de manera decisiva al proceso de globalización, puesto que permiten que cualquier persona pueda acceder a información de cualquier lugar en cualquier momento, y cada vez con mayor rapidez.
Por otra parte, el mercado es cualquier conjunto de transacciones o acuerdos de negocios entre compradores y vendedores; es la institución u organización social a través de la cual los ofertantes (productores y vendedores) y demandantes (consumidores o compradores) de un determinado bien o servicio, entran en estrecha relación comercial.
Los mercados representan a las organizaciones o individuos con necesidades o deseos que tienen capacidad y la voluntad para comprar bienes y servicios, para así satisfacer sus necesidades. Dichas estructuras se interrelacionan y alcanzan un carácter general por lo que constituyen un complemento de significativa importancia para el proceso de globalización, de forma tal, que han contribuido de forma directa al aumento de la oferta y la demanda en los negocios y han otorgado un mayor auge al comercio entre países de diferentes regiones de todo el mundo, solidificando de esta forma las relaciones comerciales y sociales entre los individuos.
Los países más beneficiados con la globalización son los desarrollados y aquellos en vías de desarrollo, los cuales han experimentado, desde el surgimiento de este fenómeno, un crecimiento sostenido en sus economías, resultado que ha incentivado a un grupo considerable de naciones a la incorporación a este sistema económico moderno.
Generalmente estos países poseen al capitalismo como régimen imperante, el cual se caracteriza por la explotación del proletariado y las relaciones de propiedad privada; a este fenómeno Marx le llamó enajenación (o alienación). También, desde un enfoque marxista, puede aplicarse a las distorsiones que causa la sociedad capitalista en la naturaleza humana.
El solo hecho de que los gobiernos globalizados lleguen a perder el dominio total sobre aspectos tales como la protección a sus trabajadores, al medio ambiente y las formas de regular el funcionamiento de las diferentes empresas y corporaciones, constituye en sí una muestra evidente de enajenación.
Por otra parte, los individuos compran lo que dicta la publicidad, sin evaluar racionalmente la utilidad de dicho producto, identificando la felicidad con el mero consumo. En consecuencia, permiten la deformación inconsciente de su pensamiento, que trae implícitos nuevos intereses dada la realidad existente.
De aquí se deriva la conclusión de que el proceso de globalización une mercados y para ello emplea, entre otros, los medios de comunicación a fin de promover la interrelación social, económica y comercial entre países de diferentes regiones del mundo, enajenando a los individuos que intervienen en él, ya que cambia y altera la conciencia de los mismos y transforma sus auténticas relaciones de vida.